CÓMO LIMPIAR LAS JUNTAS DE LAS BALDOSAS DEL SUELO

Las baldosas son hermosas, duraderas y, en general, fáciles de limpiar. Pero limpiar las juntas es otra historia. Debido a su coloración clara y su composición porosa, la lechada es propensa a mancharse. En una entrada o en un vestíbulo con azulejos, la suciedad es la culpable habitual; mientras que en la cocina es más probable que los derrames sean los culpables; y en el baño, los propietarios deben lidiar con el moho y los hongos.

Afortunadamente, es posible limpiar y restaurar la lechada con productos domésticos comunes y un poco de esfuerzo.

Antes de comenzar recuerda que con cualquier proyecto de limpieza siempre es mejor comenzar con la solución de limpieza menos agresiva. En caso de duda acerca de un limpiador de juntas, pruébalo en un lugar oculto: por ejemplo, debajo de un electrodoméstico en la cocina, o detrás del inodoro en el baño.

A continuación, se enumeran sugerencias para limpiar las juntas de las baldosas, desde las más suaves hasta las más enérgicas.

Métodos para limpiar las juntas de las baldosas

1. Frota la junta sucia con agua tibia y un cepillo de cerdas duras.

Simplemente rocía agua tibia en las líneas de lechada y frota con un movimiento circular. Luego deja secar.

2. Rocía con vinagre y agua tibia a partes iguales y deja actuar durante varios minutos.

El vinagre es un recurso de confianza para muchas tareas domésticas. Llena una botella de spray con una solución mitad vinagre y mitad agua tibia. Rocía la lechada, déjela reposar durante cinco minutos y luego frota con un cepillo rígido.

3. Aplica una pasta de bicarbonato de sodio y rocíe con vinagre.

Cubre las juntas de lechada con una pasta de bicarbonato de sodio y agua. Luego rocía con un spray de la solución de vinagre mencionada más arriba. Una vez que la mezcla deje de formar espuma, frota con un cepillo y enjuaga con agua limpia.

4. Vierte un poco de peróxido de hidrógeno.

Las manchas moderadas pueden requerir que uses peróxido de hidrógeno, disponible en las farmacias. Puedes usar el producto directamente o aplicar una pasta hecha de bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno.

6. Prueba un producto comercial.

Los mejores limpiadores de juntas del mercado podrían hacer un trabajo rápido para eliminar el moho y los hongos y restaurar las líneas blancas brillantes de la lechada.

Los productos en aerosol afirman que funcionan sin restregar, lo que puede ahorrar tiempo y esfuerzo, pero pueden contener componentes más agresivos.

Fregar con un cepillo y un limpiador requiere un poco de trabajo, pero este método puede ser especialmente efectivo en pisos y lechada muy sucia. Antes de comenzar a usar un producto presta atención a los ingredientes activos y sigue las instrucciones (particularmente las precauciones de seguridad).

7. Usa blanqueador con cloro con moderación.

Antes de aplicar enjuaga todos los intentos anteriores, especialmente el vinagre; porque los rastros de vinagre mezclados con lejía emitirán un gas de cloro altamente tóxico. Y no haga de esto una rutina: el uso prolongado de limpiadores cáusticos erosionará la lechada, por lo que estos productos deben usarse de manera moderada.

8. Limpia con vapor las peores manchas de lechada.

Las mejores vaporetas pueden ser eficaces y son respetuosas con el medio ambiente.